Otro detalle que no me convenció es la caracterización de las mujeres. La trama se centra en ir dando tumbos de un lado para otro y pasar de una escena a otra sin pena ni gloria. Los vivos “malos” se reducían a una panda de delincuentes, eran tan absurdos que incluso en una situación extrema tenían su apetito sexual muy activo. Ni siquiera se percibía el dolor que algunas muertes deberían haberles causado. No me gustó demasiado la evolución de los acontecimientos porque no les notaba tensión ni veía reacciones creíbles por parte de los personajes. Nuestros protagonistas principales serán un padre y su hija adulta, quienes deberán hacer frente a los muertos y a unos vivos que tampoco serán muy amigables. Tras una redada en un centro médico de investigación, los zombies empiezan a campar a sus anchas. Aunque eso puede justificar que me chirriaran algunas cosas, hay otras que tampoco me han convencido y que se deben a aspectos de la trama que directamente considero que están mal trabajados. Yo no he leído ese cómic anterior, y ni sabía que existía cuando cogí este en la biblioteca. Sí, se asustan, corren, intentan salvarse y todo eso, pero no les pilla por sorpresa que un cadáver andante quiera devorarlos. Para empezar, es cierto que este cómic es una continuación de lo ocurrido en otro, lo cual puede afectar de cara a entender los orígenes del problema zombie y seguramente sea la razón por la que a los personajes no les resulta algo extraordinario que un muerto viviente se les aparezca. Nos encontramos ante una amenaza zombie que está comenzando a surgir, pero todo se desarrolla de un modo muy rápido y parece que importa más destacar las mamarrachadas de algunos personajes que centrarnos en la lucha. No he sentido la acción y la inquietud que otras historias de este estilo sí que han logrado transmitirme.

Return of the Living Dead by John Russo